El corazón del avión por Juan Sabadella

Cuando uno se para al lado de un avión comercial o ejecutivo sentirá que se está ante una fuerte presencia y, lo que llama la atención, al ser extraño para el común de la gente, es el tamaño y volumen que poseen estos pájaros.

Juan Sabadella
Juan Sabadella, Piloto comercial de Primera

Es inevitable que nos aflore la idea de cómo es posible que tantas toneladas sean movidas por tan largas distancias, tan alto y tan rápido. Inmediatamente uno tiende a mirar “las turbinas” y atribuir, la semejante performance de un avión, a ese misterioso cilindro metálico que posee ese rugir tan particular, el cual nos hace levantar la cabeza cada vez que lo escuchamos surcar los cielos. Al apreciarlo se lo ve ajeno a nuestra cotidianeidad y más cercano a una nave espacial que al motor de todos los días de nuestro auto, aunque todavía conservan algún punto en común. 

Los reactores o motores a reacción (este es su nombre real, “turbina”, como veremos más adelante es solo una parte de esta) han sufrido varias evoluciones a lo largo de los años, hasta llegar a la forma y rendimiento que conocemos hoy en día.  Su desarrollo comenzó en los años 30 en diversos estudios de diferentes naciones en búsqueda de plantas de potencia con nuevos horizontes y capacidad de desarrollo ya que los motores a pistón (una versión adaptada de la del automóvil) usados en esa época estaban llegando a los límites de sus capacidades.

Avanzando desde simples cohetes, hasta los primeros, así llamados, “reactores puros” varios países estuvieron cerca de tenerlos en servicio para la Segunda Guerra Mundial, pero fueron los alemanes quienes primero lograron la producción en serie con el modelo Messerschmitt Me 262,  luego los británicos fueron los pioneros en utilizarlo en el ambiente civil con el De Havilland Comet

. A partir de allí, todo tipo de nuevas posibilidades se abrieron y la aeronáutica avanzó  de manera exponencial de la mano del avance del reactor.

En los años 60’ se comenzó a masificar el transporte aéreo, ya que había cambiado también su economía debido a las nuevas, rápidas y eficientes rutas que ahora eran posibles. Entraron en servicio aeronaves Icónicas como los Boeing B707, B747 y B737, el Concorde, y los Learjet, que fueron de los primeros aviones pensados exclusivamente para uso privado.

Pero las preguntas que afloran aún se mantienen, ¿Qué tipo de fenómeno ocurre debajo de estos extraños capots? ¿Qué tan diferente es al motor de un auto? , ¿Por qué suena tan bien cuando acelera y nos da esa sensación de velocidad y potencia?

Para responder estas cuestiones, primero debemos establecer el funcionamiento básico de los reactores, los cuales usan como su nombre lo indica, la tercera ley de newton de acción y reacción para su funcionamiento. Misma fuerza que usan los cohetes o que la que usa un globo inflado si se le desata el nudo del pico. En todos los casos el objetivo es acelerar una masa de aire hacia atrás, para generar así un empuje hacia adelante.

Los reactores usan para funcionar el llamado Ciclo Bryton, en el cual toman el aire a presión ambiente por su tobera de admisión, luego este aire pasa por varias “etapas” de compresores. Cada “etapa” es un disco con muchas “paletitas” o álabes girando a una velocidad de alrededor de 20.000 Rpm (dicho sea de paso este es el silbido que escuchamos cuando acelera). Al salir de las etapas de compresión el aire ha aumentado su presión más de 20 atmósferas y la temperatura a más de 400 grados, allí se derivan mediante difusores  a la cámara de combustión donde es encendido con el combustible, pero a diferencia de los tiempos de un motor de pistón, este es de manera constante, como una hornalla de cocina, el aire en esta sección del motor gana mucha velocidad y temperatura, alrededor de 1800 grados centígrados y sale con fuerza expulsado hacía, ahora sí, los aros de turbina que son similares a los del compresor pero estos se encargan de extraerle un poco de energía al flujo de aire, en lugar de impartir como los primeros, para poder así hacer girar mediante un eje el compresor y la caja de accesorios para poder mantener el motor  en funcionamiento. Luego de pasar las turbinas el aire es expulsado por la tobera de escape generando el empuje. 

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/7/75/Turbofan_operation.svg/1024px-Turbofan_operation.svg.png

Cabe destacar que los reactores más modernos, llamados Turbofan, hacen girar también un “Fan”, de allí el nombre, que se traduce literalmente a ventilador, que no es más que una hélice entubada en la parte delantera del motor, ese disco de paletas, o álabes que vemos cuando miramos el motor de frente. Dicha sección genera alrededor del 80% del empuje, esto hace que, a diferencia de los primeros reactores, los que hoy están en servicio emitan muy pocos contaminantes, hagan mucho menos ruido y posean bajo consumo de combustible, ganando así distancia de vuelo y eficiencia.

Sabadella Juan Agustín. Piloto Comercial de Primera Clase E Instructor de Vuelo de Avión

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